Nuestro destino estaba escrito, unidos desde la infancia por ese hilo invisible que dicen que unen a las almas gemelas… Allí quedó nuestro lazo rojo, enmarañado en una silla desvencijada. No pudimos con el futuro que nos esperaba.
Obsoleta y destruida, así me quedé en la esquina de tu casa. Tantas veces pensé enderazarte, cuántas recomponer tu alma…Sin embargo allí quedaste, sin más refugio que el recuerdo que soñabas.
Mayte Valverde (bonus microtrack)
Tanto tiempo contigo,
tanto aguantado.
Que ya ni siento, mi amigo,
que ya estoy cansado.
Si este fue mi único propósito,
mala vida me has deparado.
No soy solo un objeto
al que el tiempo ha maltratado.
El hilo rojo indivisible enredado,
con los años, de tu cuerpo, despojado.
Pasa, no te preocupes si pisas esos cartones. Cuidado no te caigas; ahí tienes tu silla, siéntate y cuéntame. Este mendigo, te escucha… y un buen día me escuche a mí mismo.
Dicen y dicen que dicen… déjalos que digan. Al final, el que se fue de Sevilla, perdió su silla.
Sillas, Taburetes, Tronos de reyes… tripulaciones, borrachos de taberna y ejércitos miles.
Pues todos cayeron al suelo ante el ataque despiadado de mi pluma pirata.