Sucedió lo esperado…
Derbi donde el Sevilla FC se enfrenta una vez al eterno inferior de la ciudad que llegaba al encuentro con toda su plantilla al completo y en línea positiva y nosotros, siempre entre dudas y con una defensa de circunstancias, con sensibles bajas en todas las líneas pero aún así, presentamos un equipo de extremas garantías que saltó al campo con un imperial Fernando ocupando plaza en la pareja de centrales, acompañado de medio Diego Carlos. Y decimos bien, medio DC porque el central brasileño saltó al terreno de juego muy limitado por su lesión, vendado y casi sin despeinarse secó al gran, único e inimitable Borja Iglesias que no la olió en todo el partido.
A todo esto, sumarle el excelso partido de Delaney que, si le respetan las malditas lesiones, demuestra constantemente ser un centeocampista top tanto por cualidades como por sapiencia. A su lado, un batallador Jordan que no anda muy fino últimamente y un croata de 32 tacos que hoy ha dado una nueva lección de mando, control, serenidad, picardía, maldad y cerebro, mucho cerebro.
Arriba, Tecatito Corona, Papu y En Nesiry.
El mexicano acabó acalambrado tras una exhibición de pundonor y fútbol siempre apoyando a Navas atrás, y siendo muy incipiente por su banda.
Para el final, dejamos a Navas que hizo un gran partido pero sobre todo, al Huevo. Lo de Acuña empieza a ser casi imposible de explicar con palabras. Defiende perfecto, se faja como nadie, ataca de manera brillante y encima es el más canchero que hay sobre el verde. Perdón, césped. Ese color no tiene cabida en la ciudad.
Con todo esto, baño descomunal en la primera parte, donde salimos a muerte a por ellos y en los primeros 10-12 minutos ya deberíamos ir 2-0.
Ocasiones que iban cayendo, la grada ardía y algunas piernas temblabas al mismo ritmo que la Bombonera. Así, entre jugada y jugada llegó el primer gol de penalti anotado por Iván Rakitic. Jugando así, a por los tres puntos, desde el segundo uno, somos prácticamente invencibles. Lástima que el hoy coreado, Julen Lopetegui, amarre tanto al equipo y no salga siempre a golear y sí a titubear con el 0-0.
Minutos después, una lesión, ¿a que ya no sorprende? En este caso, Papu era golpeado por detrás y se lesiona pidiendo el cambio. Fue sustituido por Munir que en una jugada por su bando y un balón en profundidad, cruzaba el balón anotando el segundo tanto y la euforia seguía en una grada que hoy sí ha vibrado con el fútbol de su equipo.
Justo antes del pitido final de la primera parte, a punto estamos de anotar el tercero, gol que nunca llegó y del que fuimos muy merecedores.
La segunda parte solo fueron 45 minutos de control, con Gudelj de central junto a Fernando por precaución de Diego Carlos que está al límite y un Acuña que fue sustituido para evitar males mayores ante lo cascado y las entradas peligrosas que estaba recibiendo. Iba a escribir rival, pero hoy, como tantas y tantas veces en la historia, no lo tuvimos.
Tres puntos, hostia de realidad para muchos que ya se veían celebrando no sé qué de un cambio de ciclo y seguimos a 6 del líder y nos separamos aún más de todos los que vienen por detrás.
¡¡Viva nuestro Sevilla FC!!
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