Es ahora cuando más nos ponemos delante del ordenador, móvil o tablet para nosotros los cofrades. Y es porque estamos viviendo nuestra “otra” Semana Santa. También nos pasa a los fotógrafos, que quien os escribe, está reviviendo todo lo que Dios nos regaló en tan mágica Semana gracias a la edición de las fotografías tomadas. Os paso a contar un poco todo lo que esto quiere decir.
Y cuando digo que nos ponemos delante de los citados aparatos electrónicos es porque acudimos a cientos de vídeos para escuchar, recordar o simplemente ver alguna cofradía por tal sitio que no pudimos contemplar por aquello de que es imposible poder estar en dos sitios a la vez.
Me decía un hermano, delante de nuestro Cristo de la Expiración en la noche del Sábado Santo, que aquello que estábamos disfrutando y viendo en directo, era para recordar en la televisión puesto y con unos frutitos secos delante, todo acompañado de la tertulia pertinente. Y qué razón tenía este hermano, puesto que ahora son los días del Youtube, porque buscamos con ansias, el paso de la Hermandad del Gran Poder por el Baratillo. Buscamos San Gonzalo a los sones de Virgen de los Reyes en la tarde – noche del Sábado Santo. Buscamos al palio de La Paz atravesar el Parque, pero justo en ese instante cuando suena la trompeta desde el balcón de la torre de la Plaza España, interpretando “Lloran los clarines”. Es el inicio de la vuelta al Porvenir.
Buscamos como locos, un trocito de nuestra Verdad, la que hemos vivido. Y allá que vamos para encontrarnos de nuevo con el misterio de Jesús Despojado cuando viene de vuelta… sí, cerquita del Baratillo. También, en nuestra particular pasión de nuestra pasión digital nos encontramos con el poderoso misterio del Señor de Las Penas de La Estrella ya adentrándose en la Calle San Jacinto. Es noche cerrada y hasta se puede escuchar el musitar del Señor que viene orando desde Sevilla. Pero es que detrás viene una Estrella reluciente, así tal cual lo he descrito, porque la calle se hace cielo para Ella. Es ascua de Luz en medio de nuestra oscuridad, de nuestros temores.
Pero es que somos incansables y así, de repente, te encuentras con el Dios del Tiro de Línea, con paso poderoso por el parque en busca del centro de la ciudad. Y su barrio detrás… porque a pesar de su nombre, nunca lo encontrarás Cautivo en su soledad. ¡Ay, esas mujeres que lo acompañan detrás de sus pasos! Ponte a pensarlo… dichas mujeres del barrio son unas afortunadas… vienen pisando las pisadas aún calientes del Señor de atadas manos.
Seguimos con el Youtube y es ahora el Señor de Nervión quien nos aparece por las calles de su barrio. Viene por Cardenal Lluch y sigue sediento al igual que lo pudimos contemplar a eso de la hora de la luz de Sevilla. Es porque Sevilla, lo esperaba. ¿Te has fijado?, viene de brazos abiertos porque en ellos, cabe todo el amor.
En esta calurosa noche, en la que no podemos conciliar el sueño, Youtube sigue encendido y ahora parece que, en su reproducción aleatoria, aparece el Señor de Pasión. Así, sin más, para que enmudezcamos en nuestra veraniega noche de recuerdos. Viene bajando la “rampla” del Salvador, esa misma que hace tan sólo una semana tu hija la bajaba, pero con la sonrisa del estreno de una buena nueva, de una Semana Santa por vivir. Creo que es imposible guardar la lágrima que ahora mismo brotaba de mis ojos, el recuerdo puede ser la daga más bonita de recordar.
Intento pasar el vídeo, pero es Él quien va desapareciendo de la pantalla para adentrarse en la calle Cuna y perderlo de vista… pero nunca de la emoción.
Y así, sin quererlo ni beberlo, la reproducción automática nos lleva al Viernes de Dolores. Barrio de Pino Montano. Se puede ver al palio de la Virgen del Amor llegando y parando ante la Parroquia de Jesús de Nazaret. El palio se levanta al cielo. Aplausos. Y comienza la música. Y una petalada que apenas nos dejaba ver el rostro moreno de la Virgen… Y la marcha que suena es un puñal que ahora me atraviesa. Suena la marcha “Amor y Esperanza” donde el barrio se une en el cántico de la Salve a su Madre. Y es ahora de verdad cuando no puedo parar de llorar… porque estuve allí, lo viví. Quedará en mí grabado ese cántico en forma de alabanza que decía “La Rosa de Pino Montano”. Era el estallido de la Semana Santa, efectivamente, la rosa había abierto sus pétalos para regalarnos la fragancia de una, aún por estrenar, Semana Santa… ¡qué regalo!
El calor de esta noche hace mella, pero no la emoción de lo que estoy viviendo ahora gracias al visionado de tantas emociones. Así que decido seguir adelante y vuelvo a pulsar “play”. Dejo de nuevo al azar quien sea caprichoso para que me ponga otro vídeo. Ahora vamos en la busca del Señor de la Exaltación. Hace calor y llega con paso decidido por calle Laraña. El sol quiere darle color a la escena. Y el morado de los antifaces de sus nazarenos me recuerda al dolor la nostalgia. Sí, porque a pesar de estar disfrutando en la soledad de esta noche, sé que todo pasó, que aún faltan meses por ver de nuevo a esos dos sayones que quieren exaltar y poner de pie al Señor recién crucificado.
Serán muchas noches como esta, donde me podré refugiar en los recuerdos grabados.
Serán noches de recuerdos vivos porque se han vivido.
Serán noches de ir al encuentro de la Madre para consolar un poco su llanto.
Serán, en definitiva, noches… en búsqueda de Dios.
Es ahora, cuando el sueño decide vencerme. Me quedo dormido al son de “Margot” tras el Señor de la Expiración adentrándose en la Calle Castilla. ¿Fue o no un sueño?, no lo sé, sólo sé que ahora me sirve de nana para adentrarme en los recovecos de mi alma.
Y soñando quedé.
Y te diré una vez más…
“sueña que nunca dejaste de soñar”
Buenas noches.
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