I
Playas, sierras, valles, montañas y mar.
Cultura, fiestas, tradiciones, gastronomía…
La alegría que ya rebosa al despertar
¡Que le den al Paraíso! ¡Yo me quedo en Andalucía!
II
Después de navegar por los siete mares sorteando tormentas y huracanes.
Después de algunos tragos de más al vino y comer hasta reventar cuando podíamos.
Después de los dulces sueños y la mayoría de las noches en duermevela.
Despertamos: Llegamos a Arcadia.
III
La algarabía de un mundo soñado, la paz que desprende su ser. La naturaleza que nos ha de envolver, la arcadia de en ella habernos encontrado.
Rocío C. Gómez
Cierro los ojos, si.
Soy muy olfativa.
Pero también muy auditiva.
Gurgle…,
swooshhhhhh…., gurgleeeeee…, swooshhhhhhh…,
gurgleeeeee…, swooshhhhhhhhhhh…., SPLASHHHH…
Sentada en la playa de La Casería, con los pies al alcance de las olas…
Los ojos no quieren abrirse.
Magia, magia gadita y gaditana…
Siglos de historia me murmuran desde aquel lugar que parece estar al alcance de la mano.
Dónde los rayos de luna arrancan plata y terciopelo.
Dónde, al fin y al cabo, moriría.
La Renacida
Queda la esperanza de una vuelta a una arcadia rural, donde perderse en frondosos bosques, campos salpicados de amapolas, escuchar el murmullo del agua bajando rápida desde el manantial y dejar atrás el ruido, el humo, la contaminación. «Volvamos a empezar», dijo Sergio con las maletas hechas.
Arancha Naranjo
Sentada desde mi sillón observo el verde de un árbol ya centenario. Los cambios de estación impactan en su silueta. Los atardeceres en el barrio son siempre una incógnita, pues el juego de luces, violetas y rosados, cual lienzo, nos sorprende cada tarde. Es sin duda, mi bendita arcadia…
Patricia Delgado
Había una vez un lugar llamado Arcadia, un paraíso terrenal rodeado de montañas y ríos cristalinos. Allí vivían las criaturas más extraordinarias, desde hadas hasta unicornios. Todos eran felices y vivían en armonía. Pero un día, un malvado dragón llegó a Arcadia y comenzó a destruir todo lo que encontraba a su paso. Los habitantes de Arcadia se unieron para luchar contra el dragón y, gracias a su valentía, lograron salvar su hogar y su felicidad.
Manuela Sánchez
No todo tiene que salir bien para ser perfecto.
Ángel Salgado I
Unos miran al color equivocado y piensan que el vecino está disgustado.
Ángel Salgado II
Diría que entre tus brazos,
sin miedo a los rechazos.
Sería contigo, sentada al lado,
sin la rutina de estar atado.
Quizás, se refleje nuestra arcadia,
bajo el calor que tu sonrisa irradia
Ángel Salgado III
«Es el arcarde el que quiere que sean los vecinos el arcarde…»
Ángel Salgado IV
I
Nunca llegué a comprender el significado de la palabra hasta que te vi. Ahí supe lo que era la arcadia.
II
Y dijo el señor edil: “la arcadía de este pueblo me está quitando años de vida. Estábamos en la UVI”
“Os dejo un pueblo libre!!!, limpio!!!, sin rateros!!, con todas las farolas con sus respectivas bombillas!!”
III
Perderme por El Pópulo, Mercado, Caleta,… ahí supe donde quiero acabar mis días.
Juanma García
La calle, ese lugar sin árboles, ni plantas, donde algunas veces no huele bien. Contenedores sucios, esquinas malolientes y el calor de los aires acondicionados de los establecimientos. Aún así, es mi vida, mi felicidad y así la siento. Mi Arcadia.
El Mendigo
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