Vueltas y vueltas van dando, mientras cada gota rápido cae.
Círculos y líneas formando, así una canción van entonando.
De risas y llantos contando, así su cara se va dibujando.
En el grifo se está asomando, aquel ser que entona su canto.
En silencio su sonrisa va dibujando, macabra y torcida cada tanto.
Manuela Sánchez
Cuando éramos pequeños jugábamos en el baño. Primero llenábamos el lavabo y sumergíamos la cabeza. A ver quién duraba más. Luego inventábamos historias con las gotas de agua en el grifo, que si una cara, que si una princesa. Y luego venía papá enfadado, porque llevábamos mucho rato encerrados.
Calila
Siempre es una alegría ver tu carita graciosa mientras me miras.
Ángel Salgado I
Se despertó de madrugada con ganas de ir al baño, mientras su cuerpo se iba aclimatando al frío de la habitación, sus pies luchaban junto con sus ojos para no chocarse con las esquinas del pasillo. Al llegar al baño no pudo contenerse, y de la risa que le entró al ver la cara en el grifo, antes terminó.
Ángel Salgado II
Ni una gota de alcohol en sangre, ni sustancias psicotrópicas había.
Unas simples gotas de agua formando una cara llena de alegría.
Ángel Salgado III
I
Y apareció ante mis ojos el rostro más singular que jamás pudiera imaginar. Era un niño hecho de agua, un ser forjado por las transparencias del agua y los reflejos de la luz sobre aquella superficie metálica. Su semblante flotaba, su pícara sonrisas juego de un flequillo divertido.
II
Sus ojos eran pozos cristalinos, de un transparente acuoso que evocaba los secretos más hondos del océano. Palabras que vienen y van al ritmo de las olas.
III
Su piel líquida destellaba bajo la luz del sol, reflejando un arcoíris que parecía fluir con cada gesto. Al observarlo, tuve la certeza de que sus mejillas jamás habían conocido el ardor del viento ni el polvo de los caminos.
IV
Su sonrisa era una curva que poseía la gracia natural del agua que se adapta sin esfuerzo a la forma de todo lo que toca y que vibraba con la delicadeza de las ondas nacidas al caer una gota.
V
El niño de agua se desvaneció con la misma suavidad con la que había llegado, dejando tras de sí un leve perfume a lluvia y un eco de su enigmática belleza. Jamás pude volver a encontrarlo, pero desde aquel instante, cada riachuelo, cada charco y cada gota de rocío me evocan a su recuerdo.
Anita
Salía de la ducha mientras la peque se lavaba las manos.
Sonriendo le dije: mira una carita en el grifo!!!!
Y mientras me miraba muy seria, se secó las manos y contestó:»mamá es sólo un grifo manchado, no seas boba!!!»
La Renacida
I
Los técnicos lo llaman pareidolia; los locos, miradas que lo observan y yo lo llamo imaginación. Sea como sea, espero que los Reyes Magos le traigan la pistola, los globos y el viaje al Guadalpark que ha pedido.
II
Del inventor de “ahí hay un delfín en ese desconchado”, llega “la carita de agua”.
Juanma García