Tic-tac tic-tac-tic-tac……cada vez siento el sonido mas cerca, se mete en mi cabeza.
Pupum-pupum-pupum-pum-pum-pum-pum…se acelera mi corazón de una forma veloz y lo siento cada vez mas apresurado hacia todas las partes de mi cuerpo. En el silencio de la noche soy capaz de oír los latidos hasta en la punta de los dedos del pie.
Cada vez me cuesta mas respirar y me voy poniendo nerviosa pensando en todo ello. Se me escapan lágrimas y ni siquiera los conozco, pero de alguna forma los siento cercanos y me hacen tener más miedo.
Siento la necesidad de salir corriendo y buscar una explicación, una respuesta que me de más confianza, que haga que mi pulso baje y que todo a mi alrededor se tranquilice, pero no la hallo.
Me levanto y hago un té o una tila como si eso fuese acabar con las dudas existenciales que rondan mi cabeza cada noche y parece que me siento más relajada, aunque sea fingido y entonces viene a mi cabeza la pregunta: ¿y mañana? ¿Cuantas personas se preguntan a diario que pasará mañana con sus vidas?
Algunas de ellas se lo preguntaron por última vez porque quizá esa noche en la que pensaban que sería de ellos la mañana siguiente simplemente y porque según dicen, la vida es así, se fueron.