“Gracias a la libertad de expresión hoy ya es posible decir que un gobernante es un inútil sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco”.
Jaume Perich. Escritor y humorista español.
Hoy, DÍA MUNDIAL DE LA LIBERTAD DE PRENSA, he leído que España está en el puesto 32 de los países respecto a la libertad de prensa. Ha caído tres puestos respecto al último sondeo. ¡Al loro que no estamos tan mal!
En esto de la libertad de prensa, los países nórdicos están a la cabeza. ¿A que siempre parece que los vikingos nos ganan en todo?, ¿verdad?
Verán, desde el año 1993 se celebra en todo el mundo el Día Mundial de la Libertad de Prensa, decretada por la ONU en la que se evalúa el estado de la libertad de prensa a nivel mundial.
Es un claro homenaje a aquellos profesionales del periodismo que han perdido la vida en el ejercicio de su labor.
Y yo me pregunto si solo hace homenaje a los que han perdido la vida, que no es poco oigan.
En su definición, la libertad de prensa es el derecho que tienen todos los medios de comunicación de investigar y mantener informada a la sociedad en general sobre los hechos y acontecimientos que suceden en el día a día, sin que, por ello, puedan ser víctimas de censura, acoso, hostigamiento o algún tipo de coacción durante el ejercicio de su profesión.
Entonces, para mi es también un claro homenaje al profesional coaccionado, privado de contar la verdad por intereses personales o de otra índole pese a no perder su vida física y si su vida moral.
Periodista: Voy a escribir un artículo sobre la corrupción de…
Jefe: Espera, que te lo dicto.
(de una viñeta de Miguel Gila)
Vemos cada vez más que la mayoría de los medios de comunicación se mueven por posiciones políticas y nunca son libres de contar las cosas como son, ni más caliente, ni más frías…a cero grados. Y ojo al dinero.
Si a ello sumamos las fake news, bulos y manipulación de las noticias se crea un cocktail que nos lleva a una desinformación pactada y permanente que está en las antípodas de la verdad.
Pero existen más ingredientes para añadir a ese peligroso cocktail que emborrona mentes sin amplitud y limpieza necesaria para razonar por sí solos.
Hay que decir también que nos movemos en un espacio digital globalizado y sin regular que favorece las informaciones falsas y la propaganda.
¿Podríamos ligar la libertad de prensa con la libertad de expresión?. Yo diría que sí y que los gobiernos o formas de gobernar son transcendentales en este asunto.
Sabemos que existen numerosos controles de los medios por regímenes autoritarios. Pónganse en la piel de periodistas que están encarcelados durante años simplemente por un artículo. Pero la cosa es aún más sangrante al hablar de democracia dónde la opinión se disfraza de información creando una autentica bomba de racimo gracias a las RRSS.
En este ámbito, que es el que nuestro país merodea, puede resumirse todo a que la mayoría de los medios de comunicación en la actualidad carecen de una de las premisas básicas para el ejercicio del oficio de informar, la honestidad y que pocos periodistas están dispuestos a pagar el altísimo precio de la rectitud, el honor y la verdad.
Cada vez quedan menos valientes que junten letras pese al intento de violación de moralidad que se les quiere hacer constantemente desde más arriba.
Va por ellos este día para que ni la voz se apague, ni la tinta se diluya si van a hacer honor a la verdad.