Mucho hablado, mucho vivido y mucho prometido tras la victoria en el derbi y mucho nada de nada. La cara amarga de este tu/mi/nuestro Sevilla que flojea y se arrastra fuera de Nervión. Y si le sumamos la ayuda que siempre existe en favor de los equipos de la capital, este año toca el Patético ya que el Real de Mandril ha tirado la Liga.
Con Kondogbia y Babá, por el sancionado Medel y el lesionado Negredo, en el once inicial saltaba Míchel al Calderón, lugar que da cobijo a la afición más miserable del fútbol español. Los cánticos hacia la persona de Puerta se repiten, año tras año, y nadie toma medidas, ni el propio resto del estadio. Unos desalmados en palabras suaves.
El partido fue de tanteo en los primeros minutos, sin ocasiones claras para ninguno de los dos equipos. Babá vivía en una isla en la que solo Negredo puede hacerlo.
Pero en el minuto 20 llegó la jugada que destrozó el partido. Un balón que pelean Fazio y Spahic con dos rivales y uno de ellos se tira, penalti y expulsión. Partido roto y minutos más tarde finiquitado.
Un balón en saque de banda pegado al córner en campo rival, acaba en contra con superioridad y en el segundo de la noche. El remate/centro es desviado por Spahic que marca en propia… 2-0 y con uno menos, tras penalti y expulsión y un gol en propia. Cosas.
En ataque el Sevilla FC no existió y atrás Spahic apercibido y Botía (entró por Kondogbia) blandito en la jugada del 3-0. Entraron por nuestra banda izquierda como quisieron y el centro fue rematado por el teatrero. Minuto 40 y ya a pensar en otra cosa, o a intentar ganar la segunda parte o empatarla, como otros.
La segunda parte fue pasando sin mucho que destacar, Palop evitó algún gol más, Perotti volvía a jugar por un Reyes de hora de batería. Babá se fabricó una él solo. Posible penalti a Perotti y el cambio de Hervás por Navas. Dejando bien a las claras que se pensaba en la Copa.
El “chivato” del línea expulsó a Luna, seguramente por protestar alguna de las acciones esas que te van matando poco a poco, pero de las que no se hablan. Y Rakitic vio, absurdamente la segunda amarilla, y otra baja más que tenemos. También Spahic cumplirá ciclo frente al Valladolid. Y ya se sabe que no andamos muy sobrados de efectivos, o de entrenador que los sepa manejar.
Y de repente, Palop se come un disparo lejano y en el rechace nos llega el cuarto, con 9 en el campo y con un partido que no mereció tanto tiempo de alargue.
De vergüenza la actitud del Sevilla fuera de casa, un equipo que no sale a nada y que a las primeras de cambio termina por desaparecer. No tenemos gol, pero no nos hace falta, no tenemos cerebro, pero no pasa nada y si hasta Navas desaparece es para hacérselo mirar.
Como dijo Jean Paul Marat “no existe el fracaso, salvo cuando dejamos de esforzarnos”, pues tu/mi/nuestro Sevilla fracasa una y otra vez lejos del Sánchez-Pizjuán. Eso es así.
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