Eras tú a quien dedicaba Machado sus versos, a la tierra árida que le vio crecer, y a pesar de ello, tus frutos siempre serán manjares de Dioses… Aliñaitas o machacàs, gordales o verdiales, pero siempre de tu bendito vientre recogidas.
Mayte Valverde
Estando sentado bajo su sombra
queriendo meter mi lengua en tu boca, honda.
Pasó un pájaro con mucho malaje
que me cagó encima, ¡ojú que coraje!
Yo seguí pendiente de tus comisuras
para no mirarte a la blusa, qué locura.
Se me fue la mirada hacia tu escote.
¿Ahora como sigo?, seré carajote.
Un grito se oyó a lo lejos,
era tu padre que te buscaba.
Ahora, ¿cuándo volveré a tirarte los tejos?,
después de esta enorme cagada.
Si cuando amanece no está el sol fuera,
no te agobies, ¡vida mía!
qué volverá a salir algún día
y pasearemos los dos juntos a su vera.
Ángel Salgado

Plateados y dorados los colores que pugnan en este bello atardecer por ser telón de fondo de esta afinada comparsa al levantarse las cortinas de este teatro llamado vida.
Juanma García
Árido campo que no puede en un mano a mano con la fortaleza del que se sabe sano de corazón. Concluye su jornal Lorenzo y pronto vendrán a relevarle y así continúa el pulso día tras día.
El Mendigo
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