Sólo con ver el reflejo a través de la puerta, se que está todo preparado para que empiece la sinfonía de cada noche, cuando todos duermen y nosotros aprovechamos para bailar siendo uno solo la melodía de una novela por terminar.
Con un papel dividiendo tu cuerpo
aprendí a usarte.
Horas jugando contigo, entretenido,
con la inocencia de un niño.
Escribiendo la crónica, tras cada partido,
a mi futuro no escrito, haciéndole un guiño.
Por un ordenador, con el tiempo,
llegué a cambiarte.
Vinieron las noches inacabadas,
en el mundo de las redes sumergido.
Contando, cada día, las vidas
de mi libreta abierta, y tú, en el olvido.

Abandona todo lo externo, lo superfluo, lo que te agobia y te supera y tecla a tecla, minuto a minuto, línea a línea, párrafo a párrafo, respirando y admirando muy hondo, escribe una nueva historia. La historia de tu vida.
P O I U Y
P O I U Y
P O I U Y
Seguro que muchos recordaréis aquellos primeros días con tu máquina de escribir como recordáis aquellas meriendas, aquellos dibujos animados y aquellos veinte duros para sobres de estampas.
El tiempo vuela y solo has empezado a teclear.
¡Ay, caribeña! Cada roce, cada caricia, cada palabra tuya se hace más y más especial. Serán los efectos del café o del ron, pero necesito escribir la más bella historia de amor junto a ti, contigo.