La noche apagó nuestro fuego
La noche encendió mi alma
La oscuridad es la que manda
Cuando casi todos descansan
Y aquí permanecemos yo y mi ego.
Versos imperfectos aparecen
cuando el silencio se hace presente
y mis cartones parecen morada.
Mi perro y mi vino la coartada
Escenario perfecto el que florece.
Silencio roto por voces entrecortadas
el perro del vecino ladra sobresaltado
Entre sus patas el rabo escondido.
Camino con la luna como testigo
Sin estrellas está la noche cerrada.
No pretendo con estas palabras enamorar
Ni tan siquiera medir cada verso
Solo escribo con cuidado y con tiempo
Que lo leas con detenimiento
Y tengas unos segundos de felicidad.
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