• 202 palabras por Rocío C. Gómez
Doscientas dos palabras, doscientas dos oportunidades para decirte lo que siento.
Doscientas dos palabras, doscientas dos veces para repetirte lo que te quiero.
Doscientas una nunca serán suficiente, tal vez tampoco lo sea la siguiente.
Doscientas tres puede resultar redundante.
Una vez por, la segunda por mí, la tercera por nosotros y la cuarta para perder la cuenta. Qué nos importa lo que piensen los otros.
Quinta para brindar por lo que tenemos, de la sexta pasamos que se calienta. Siete como días de la semana, ocho toma con altramuz, nueve vislumbrando lo que se viene y diez… ¡ay el diez!
Contando y contando, incluso cantando de diez en diez, o de veinte en veinte, la clave siempre será sumar, beber y brindar porque de uno en uno o como lo quieras agregar, siempre lo que importa será la felicidad y si para ello debemos seguir contando, -¡ponme otra camarero! y apúntamela en la cuenta que ya la he extraviado-
Contar y perder la cuenta siempre será la clave del momento, dicen que para ahogar las penas, dicen que por entretenimiento, y yo digo lo que siento porque soy un borracho sin lamento y no… no me arrepiento.
Doscientas justas, faltan dos.
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