• Revista La Morada – junio 2023
Fue de madrugada, las persianas caían de golpe en las casas cercanas como si formara parte de la rutina, mientras se escuchaban los gritos de una mujer maltratada.
“No lo haré más”, se escuchaba el báratro que padecía; cuando su nueva vecina levantó el teléfono para denunciar lo que ocurría.
Katy Núñez
De vuelta al sendero del infierno,
me fui acordando de ti.
Pensando en las cuevas del averno,
lugar mágico donde te conocí.
Las almas en pecado vagan
por la debilidad de las personas.
Las vidas, de luz, se apagan
y tú, sin suerte te abandonas.
En la morada de los sinsabores
yacen las ánimas mientras pecan.
Lugar de culto, de tristes colores,
donde las pobres se secan.
Ángel Salgado I
¡A eurro a eurro, baratro lo tengo!!
Ángel Salgado II
Tal y como están los alquileres, si el infierno está ”báratro”, payá que vamos…
Ángel Salgado III
A Ángel le gusta escribir poesía. Busca y busca palabras que rimen, vocablos que sean en sí líricos. Anda buscando algo que rime con báratro, porque dice que todos llevamos un infierno personal con nosotros. Para unos puede ser más idílico que para otros, quizás como consecuencia de un amor.
Arancha Naranjo
Cual infierno, por ello no quiero ni tan siquiera mencionarlo. Así debe ser, innombrable. Pues no es plato de buen gusto. Más bien que pase de largo. Que derive en el fuego. Ellos solos se entienden…
Patricia Delgado
I
Mucho más barato ir al cielo que a los infiernos. Sin duda.
II
Les juro que es la primera vez que escucho que báratro es sinónimo de La Morada del Demonio…
III
¿Es una sección del averno o cuenta como el erebo o el orco?
IV
¿Tártaro? Como la salsa pero más calentito…
V
Cuatro siempre rima con Infierno, lo mismo que tierno rima con báratro. Cosas de sinónimos y rimas.
Juanma García
Olvida si cielo o infierno; busca tu felicidad, alcanza tus deseos y lo que tenga que venir que venga.
El Mendigo
Todo estaba en calma.
Demasiada calma.
Ni un solo sonido.
Los pájaros habían desaparecido, los perros que un minuto antes aullaban, enmudecieron.
Un golpe que se sintió hasta en el aire.
Y ahí, delante mía, un báratro se abrió estruendosamente y un banco que iba a utilizar, descendió a los infiernos.
La Renacida
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