Érase una vez, un lugar entrañable, donde una tribu muy peculiar, se daba cita a destiempo, aportando un pellizquito de emociones y migajas de creatividad a esta vida loca que a veces nos abruma. Pasen y vean, se trata de La Morada, como en casa.
Patricia Delgado
Había una vez una misteriosa mansión, conocida como «La Morada», en lo profundo del bosque. Nadie se atrevía a acercarse, pues decían que estaba embrujada. Una noche, una valiente familia decidió explorarla. Pero al adentrarse, las puertas se cerraron y quedaron atrapados en aquella morada sombría. El hogar se convirtió en su peor pesadilla.
Manuela Sánchez
I
Refugio, guía y hogar. De las palabras, morada lista para habitar.
II
Morada de luchadoras incansables.
De tez morena y radiante.
Nuestra Historia inquebrantable.
Siempre aquí tendrás hueco porque la vida, el Sur, quiere darte.
III
Ondeas Libertad,
Representas Esperanza.
No, no eres roja y gualda,
Eres la mia, la morá.
Rocío C Gómez
Siempre imaginé que la conclusión del romance era la ruptura del amor o su propio final, ahora sé que vives y aprendes y cuando lo olvido, vuelvo a contemplar mis sabanas moradas y me inspiro al evocar los recuerdos más valiosos.
Katy Núñez
Volaba de una rama a otra desde que consiguió salir del nido.
Había unas preciosas flores que le llamaron la atención y decidió verlas de cerca.
Cuando de pronto….esas nubes negras y ruidosas cubrieron el cielo.
Todas y cada una de las fuerzas que le quedaban las utilizó en volver a su morada.
La Renacida
Habrá gente que diga que se trata solo de un color…
Ángel Salgado I
Hace 12 años, todo esto era una ilusión…
Ángel Salgado II
Los nombres propios, sin apellidos.
Ángel Salgado III
Presumo sin cautela
de ser creador tuyo.
Muchas noches en vela
alimentan este orgullo.
Ángel Salgado IV
Ojalá solamente fueras
un espectro pasajero.
Ojalá también quisieras
caminar por mi sendero.
Coherencia contrapuesta
de una línea muy delgada
que solamente manifiesta
lo que es nuestra morada.
Ángel Salgado V
Cuando me jubilé, después de treinta y cinco años como conserje, me regalaron una maleta morada.
Al principio llamaba la atención en las cintas de equipaje, con el tiempo se fue llenando de pegatinas turísticas. Ahora está en lo alto de mi ropero del asilo, desvencijada, recordando mis viajes.
Arancha Naranjo
I
Más que un color, una locura…
Más que un color, una aventura.
II
-Toc, toc, ¿está el Guerrero?
III
Casualidad inducida, curiosidad por saciar, siempre web o revista digital
Nunca me gustó el concepto de blog.
IV
Sweet Morada sweet…
V
Porque todos las casas no son hogar.
Cuatro paredes no hacen morada como hábito no hace al monje.
Juanma García
No hace falta más que sentirse pleno en un lugar para llamarlo morada. Un rincón, cuatro cartones y buen vino. Llámese buen vino a aquel que llena el cartón.
El Mendigo
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