
No encontraba el llavero. Maldito bolso que primero te ofrece el pintalabios. Por fin pude introducir la llave en la cerradura y con algo de fuerza abrir el portón de madera maciza. Allí estaba Palmira inerte. Cuando me sobrepuse, me dirigí hacia la momia y le hice unas fotos.
Calila
I
Objetivos de deseos ardientes, las del firmamento de destellos inertes. Entonces, ¿cómo se cumplió?
II
Recuerdos inertes perdidos en una memoria viva. Solo hizo falta una mirada fugaz para volver a darles vida. Luego se volvieron a perder en el tiempo…
III
Y ahí estaba ella, frente a mi. Desprendía belleza, dulzura y sencillez, con sus ojos color añil.
Y ahí estaba yo, inerte ante ti. Deseando que tu respuesta fuera un sí.
Rocío C Gómez
I
Suena y resuena, temblorosamente, a cuerpo sin alma, a palabra que ya no respira en los labios de quien amó. Es el silencio que queda tras un adiós que nadie escucha.
II
Inertes son cada una de las páginas en blanco de mi cuaderno cuando no siento. Cuando la tinta se niega a latir y el alma, cansada, se hace mármol entre las letras.
III
Insomne corazón que ya no late,
Navego entre restos de lo que fui.
Ecos de vida mueren despacio,
Rotos los sueños que no escribí.
Tiembla la luz en mi ventana,
Eterna quietud… ya no hay en mí.
Anita
I
Inerte es el país que celebra glorias pasadas y calla ante las heridas del presente; el que se levanta orgulloso, cada 12 de octubre, con el pecho hinchado y la conciencia dormida.
II
Inerte, pensamiento acomodado.
Inerte, crítica moribunda ante un aplauso que es estruendo retumbando su eco más que la propia verdad.
Inerte, verte y no tocarte.
Inerte, quererte y no tenerte.
Inerte…
Nemesio Laverde
I
Vivir en la utopía de querer devolverle el latido a un corazón inerte ante todos y para todos. Piedra, mármol y algún adoquín, tan frío como tu corazón.
II
Y el pueblo dejó de ser inerte y lo logró,
sin ser el campeón,
sin cruzar la meta el primero,
fue el ganador de La Vuelta.
Juanma García
Y el mundo permaneció en silencio,
cautivo de su propia miseria.
Dispuesto a repetir la historia,
con el corazón lleno de desprecio.
Ángel Salgado I
Jardines sin flores, tierra seca alrededor. Naturaleza muerta, asfalto especulador.
Ángel Salgado II
Tu mirada perdida en el horizonte, mi alma queriendo viajar con ella.
Ángel Salgado III