Recordar mi último post es de las pocas cosas que ahora mismo pintan una leve sonrisa en mi cara, leve, muy leve…
Este estado de angustia interna en el que me encuentro que lleva meses comiéndome por dentro, consigue que mi persona se transforme en un ser serio, triste, malhumorado a ratos. En la mayoría de los minutos puedo disimularlo; se puede decir que he aprendido a controlar mis impulsos, a convertir mi sentido de la audición en una pared dónde prácticamente todo rebota, tanto es así que en ocasiones el muro alto de ladrillos alrededor del martillo de mi oído medio no transmite al yunque todas las sensaciones que debiera perdiendo los estribos de la lógica ya que hay personas que empiezan a sufrirlo…
Pero el sentido que me preocupa y el que le está quitando sentido a todo, valga la redundancia, es la ceguera…
Siempre tuve claro que es el sentido más crítico para mí. Más de una vez me paré a pensar cuando veía alguna desgracia en los informativos, o escuchas algo en la calle, que sin una mano se puede vivir, incluso son las dos piernas, dado que existen sillas que permiten una movilidad. Todo muy complicado y superfluo visto desde fuera, pero estoy convencido que lo peor que le puede pasar a un ser humano que siempre ha visto, olido, degustado, sentido al tacto, escuchado u oído según la persona, es un estado de ceguera.
No poder leer, no volver a ver la tele, la calle, a tu perro, a tus seres queridos es a mi humilde parecer lo más terrible que te puede ocurrir. ¿Más que la muerte? Habrá personas que lleguen a adaptarse a ello, los invidentes de nacimiento se adaptan a todos los medios y a su forma son felices… seguramente, habrá muchas personas que no nos adaptaríamos a perder la vista.
La ceguera, dícese del estado en el cual es imposible ver las cosas. Así en resumidas cuentas se podría definir a dicha anomalía, ¿no? Que curioso, hay situaciones en las que la ceguera, definidas como lo he hecho anteriormente crean más daños que la propia pérdida de visión física y afecta, de forma directa, a más personas que la imposibilidad de reconocer a tu propia familia. Y en esas andamos, en la angustia provocada por la ceguera, por esa falta de vista, por esa sensación de acoso y derribo, con el sentimiento de que da igual todo, no puedes demostrar nada y además, cuanto más lo intentas peores son las consecuencias. Si haces algo, malo, si no lo haces peor… si callas ¿otorgas? Para nada, estoy tramando a las espaldas cuando lo único que haces es tragar y ocultar detallitos “de mierda” para que la cosa no llegue a más y la bomba de Hiroshima no sea un petardo de 50 céntimos. En fin, mi tristeza interior quizás no me deja explicarme con todo tipo de detalles, y muy posiblemente haya alguna frase que no tenga sentido o esté fuera de contexto. Os pido disculpas por convertir La Morada en el diván de una consulta cualquiera en la que todos sois un poco mis psicólogos.
Mi penúltima reflexión me lleva a pensar que hasta aquí hemos llegado, que no paso ni una más y que si quieren guerra que se preparen, nadie se mueve como yo en ese oleaje…
Pero después de la penúltima siempre viene la última, y ésta me dice que no haga nada, que lo deje todo correr y que en río revuelto, ganancia de pescadores…habrá que saber echar el anzuelo en el momento oportuno…
No es más ciego el que no ve sino el que no quiere ver. Pero las personas que se empeñan en crearse una realidad alternativa no son felices, sólo consiguen amargarse la vida ellas mismas e intentan arrastrar a más personas consigo para que su mundo tenga sentido. Es cuando no consiguen arrastrarlas y se quedan solas cuando se les empieza a derrumbar su irrealidad. Entonces, si son personas afortunadas encontrarán el camino de vuelta, pero para otras será tarde…
No malgastes el tiempo en dejarte arrastrar por sus amarguras, tú se claro y muestrate feliz en la única realidad que existe.
0h! Que grandes: entrada y comentario, y personajes; que haceis de este viaje un viaje de analisis.
No sabes hasta qué punto la ceguera, no la física precisamente, puede destrozar vidas, y no sóo hablo del que la sufre sino también la vida del que la padece… Hay un libro de Saramago del que me considero entusiasta titulado «Ensayo sobre la ceguera», para mi, se trata de una verdadera obra maestra, cruda donde las haya pero nos muestra todo lo que puede rodear a la ceguera que aparece en nuestras vidas de repente…acritud, egoísmo, crueldad, etc…
A mi personalmente me está afectando y mucho la ceguera de determinadas personas. Me encuentro en un momento de desidia, un estado de ánimo que hace un tiempo que no sentía, y que antes era mi día a día fruto de un padecimiento que a nadie recomiendo. No me gusta sentrime así, como a cualquiera, y tengo miedo a que esto me arrastre de nuevo a quella pesadilla que tanto me cuesta olvidar.
A día de hoy puedo decir que se terminó para mi estar al lado de personas dañinas para mi salud, y no me importa romper relaciones de muchos año, si de todas formas soy mala, muy mala y con mal fondo y los demás son buenos, muy buenos y todo lo hacen sin maldad, no pasa nada por ser una vez más y definitivamente la mala de la película, mi película, pero quiero poner un FIN definitivo a todos esos ciegos que me hacen sentir mal