A mí me da pena que las historias bonitas tengan un final, que algo que rebosa belleza desaparezca, se vaya. Me da pena, sin importarme la causa final, en la tristeza carecen de valor los motivos, solo complementan el dolor.
Mucha pena que el amor se esfume sin dejar rastro por el que volver al sendero antiguo, me da pena que la amistad se evapore a fuego lento, sin poder retirar la leña y sintiendo como otros avivan la llama a tus espaldas. Pena al ver que todo se marcha, sin quedar mucho, a veces ni el recuerdo perdura.