En una tarde gris en Mendizorroza, el Real Betis Balompié de Manuel Pellegrini ha cosechado un empate a cero ante un Alavés limitado pero combativo. El resultado, aunque sume un punto, tiene sabor amargo para un equipo verdiblanco que sigue sin encontrar el ritmo necesario para consolidarse en la parte alta de la tabla. El encuentro ha sido un reflejo claro de la falta de ambición y de la incapacidad de los béticos para imponerse a un rival que, pese a la reciente pérdida de su hombre clave, Luis Rioja, se las arregló para competir con garra y orden.
El Betis ha mostrado una alarmante falta de ideas y pegada, algo que ha sido la constante durante los 90 minutos. Con jugadores de calidad indudable como William Carvalho, se esperaba mucho más de los verdiblancos. Sin embargo, el centrocampista portugués, lejos de brillar, dejó entrever su falta de implicación y un estado físico que no le permite rendir al nivel que demanda la Primera División. Su actuación ha sido un claro ejemplo de la apatía general que ha caracterizado al Betis en esta jornada, con un equipo incapaz de imponer su juego ante un rival teóricamente inferior.
La ausencia de un goleador nato y la falta de creatividad en el último tercio del campo han condenado a los de Pellegrini a un empate estéril. La esperanza de que la llegada de Vitor Roque pueda mitigar esta sequía goleadora es grande, pero la solución real parece pasar por la pronta recuperación de Isco. Sin él, la creatividad en el centro del campo ha quedado en manos de Nabil Fekir, quien fue anulado por la presión incansable de un Alavés que sabía bien a qué jugaba y pese a tener las mejores opciones de marcar, sobre todo un mano a mano ante el portero local.
Este empate no sólo deja en evidencia las carencias del Betis, sino que también lanza una advertencia a la directiva: el equipo necesita refuerzos, especialmente en el centro del campo, si quiere aspirar a algo más que la mediocridad esta temporada. Con el mercado de fichajes todavía abierto, Pellegrini y compañía harían bien en reconsiderar sus opciones para evitar que partidos como el de hoy se conviertan en la norma y no en la excepción.
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