
En el barrio se sentía la desidia. El parque estaba salvaje: hierbas altas, rosas sin purgar, árboles sin regar… Alguien dijo que era la moda de dejar hacer a la naturaleza su antojo, pero Carlos puntualizó que era dejación de funciones o más bien el escaqueo de dinero.
Calila
I
Se le pudrieron las plantas, el café se enfrió tres veces y el sol no entró más por la ventana. Pero no importaba: estaba demasiado cansada para notarlo. O para importarle. Ni mucho menos para sentirlo.
II
El despertador sonó, la alarma del horno también. Todo seguía funcionando, menos ella.
Anita
Pues eso… Sin más.
Ángel Salgado I
Entre sinónimos y antónimos se pasa el tiempo.
Ángel Salgado II
De tu mirada, soy mendigo.
Por tu parpadeo, me castigo.
Negligente por ti, he sido.
Queriendo repetir lo vivido.
Ángel Salgado III
I
Llegó a la desidia por exceso de motivación, de complicidad y exceso de compromiso.
II
Acomodados en el cargo, acomodados en la desidia. El pueblo calla, instaurado en la propia desidia.
III
Abandonado a su suerte, las inclemencias de la vida y la desidia de muchos, lo llevaron a su estado actual. Hoy volvió a recobrar un mínimo de protagonismo a través de una simple fotografía.
Juanma García
En la plaza, un anciano cayó y nadie se detuvo. La gente siguió mirando pantallas, esquivando humanidad. No era falta de tiempo, era falta de pulso. En esta ciudad de pasos rápidos y miradas cortas, la desidia ya no sorprende: solo confirma.
Nemesio Laverde