
No sé si es cuestión de oído o de atención, pero Jacinta y yo no nos entendemos. Ella propone un retiro espiritual y yo aparezco por el parque del Retiro a disfrutar de los paseos en barca y de la feria del libro en primavera.
Calila
I
Montaña
Subimos sin hablar. El silencio nos envolvía más que el frío. Al llegar a la cima, lloré sin entender por qué. Quizá era eso el retiro: romperse un poco para respirar distinto.
II
Playa
Las olas no respondían, pero igual les conté todo. Cada día enterraba una culpa en la arena, y el mar, sin preguntar, se la llevaba. Volví distinta. Más liviana. Más yo.
III
Renazco entre susurros de calma,
Eco tenue de lo que fui.
Tiempo detenido en el alma,
Inmensidad que late en mí.
Retorno al centro, sin prisa.
Otra vez, el silencio me guía
Anita
Eso, eso es lo que necesito yo, un retiro espiritual. Porque no hay mejor calma que la dicha. Paz, sosiego, no pensar en nada más que en un yo que se desvanece con el estrés, rutina, cansancio extremo y un mañana que está al caer..
Patricia Delgado
Parar, para parar.
No para dar un paso atrás.
Ni para, tras dos más,
luego recuperar.
Parar, por necesidad.
Por volver a sentir mi libertad.
Ángel Salgado I
En tu mirada azul, me tumbo al sol y sonrío pensando en que ojalá…
Ángel Salgado II
En el Retiro, tras un paseo a pie, llegó uno en barca. Después, unas risas, unas copas y un momento de tensión que acabó con nuestras almas liberadas.
Madrid principio del nuevo milenio.
Ángel Salgado III