El Real Betis Balompié logró una victoria ajustada y trabajada frente al Petrocub moldavo en el Stadionul Zimbru de Chisináu (0-1), en un partido marcado por las polémicas arbitrales y las dificultades de los verdiblancos para imponer su superioridad. Un gol de Cédric Bakambu en el segundo tiempo aseguró tres puntos vitales que mantienen al equipo de Manuel Pellegrini con opciones de clasificación en la UEFA Conference League.
El partido comenzó con un Betis desconectado, falto de ideas y con una alineación plagada de rotaciones. Pellegrini introdujo ocho cambios respecto al once que brilló ante el Barcelona, apostando por jugadores menos habituales como Jesús Rodríguez y Johnny. Sin embargo, el equipo no mostró cohesión ni ritmo, lo que permitió al modesto Petrocub plantarse con orden y neutralizar a los visitantes.
La única acción de peligro del primer tiempo llegó cuando Bakambu aprovechó un error del portero moldavo, Silviu Smalenea, para marcar. Sin embargo, el árbitro belga Lothar D’Hondt anuló el tanto en una decisión difícil de comprender, dejando al Betis sin recompensa. La primera mitad concluyó sin remates entre los tres palos por parte de los sevillanos y con una imagen preocupante.
El técnico chileno movió el banquillo tras el descanso, dando entrada a Abde y Altimira, quienes cambiaron la dinámica del encuentro. La presión alta comenzó a dar frutos, y apenas cinco minutos después del reinicio, Chimy Ávila provocó un error en la salida del Petrocub. Bakambu robó el balón, se plantó frente a Smalenea y definió con clase al primer palo para adelantar al Betis.
El gol dio confianza al equipo, que mostró una versión más ambiciosa y dinámica. Abde y Diao generaron peligro constante por las bandas, mientras que Chimy y Bakambu lideraron las transiciones ofensivas. Sin embargo, la falta de eficacia en el último toque evitó que los verdiblancos ampliaran su ventaja, desperdiciando varias ocasiones claras.
El partido no estuvo exento de controversias. Una internada de Abde terminó con el jugador en el suelo tras un contacto en el área, y D’Hondt señaló penalti en un primer momento. Sin embargo, tras revisar la jugada en el monitor del VAR, el árbitro anuló la decisión, desatando la frustración de los béticos.
Lejos de aprovechar el control del partido, el Betis comenzó a ceder terreno en los minutos finales, permitiendo que el Petrocub se acercara al área de Adrián San Miguel. Los moldavos lograron marcar en una jugada a balón parado, pero el tanto fue anulado por fuera de juego. Adrián tuvo que intervenir con acierto en los instantes finales para evitar un empate que habría sido desastroso para las aspiraciones verdiblancas.
El Betis consiguió una victoria necesaria, pero lejos de convencer. El equipo sigue mostrando dos caras: una competitiva en LaLiga y otra inconsistente en Europa, especialmente en partidos donde debe llevar la iniciativa. Pellegrini deberá ajustar piezas y recuperar la intensidad si quiere garantizar la clasificación en la última jornada frente al Helsinki.
El triunfo en Moldavia, aunque sufrido, permite al Betis depender de sí mismo en la Conference League. Sin embargo, la actuación del equipo dejó claro que aún hay mucho trabajo por delante para encontrar la regularidad y eficacia necesarias en competiciones internacionales.