
No me di cuenta de la gravedad del asunto, hasta que tuve que coger la bicicleta de vuelta a casa. Trece kilómetros sorteando vehículos debido al apagón. Al llegar, la ovación. Aplausos desde las ventanas. Creía que el barrio me quería, pero Manuela dijo que se había restablecido el suministro.
Calila
I
Se apagaron las luces y brotaron los recuerdos.
II
Lástima de todas esas reflexiones que no pude plasmar por no malgastar batería…
III
Y tras mis reflexiones, una cena romántica improvisada.
Juanma García
Las luces siguen encendidas, pero nadie mira. El apagón no fue eléctrico: fue del alma. La gente camina con pantallas en las manos y vacío en el pecho. Nos desconectamos del sentido, aunque el Wi-Fi siga fuerte. Y en la penumbra interior, ya nadie pregunta por qué.
Nemesio Laverde
Se fue la luz al marcharse y dejarme sin poder ver su mirada.
Ángel Salgado I
Llegó el apagón y volvieron los corrillos en las casapuertas. También se agotó el papel higiénico. Con la luz, todo el mundo volvió a ver la vida por la tele…y a tener papel extra para una temporada.
Ángel Salgado II
A la luz de las velas, te digo, que si llega la oscuridad eterna, solo quiero que sea contigo.
Ángel Salgado III
I
¡De repente, la oscuridad! El móvil mudo, la calle un clamor. La tecnología, nuestra jaula invisible.
II
¡Pum! La luz se fue, igual que tu conexión. El celular, un ladrillo inútil. Afuera, las voces se alzaron en la misma frustración. Sin internet, sin series, sin el control digital al que nos acostumbramos. Esta oscuridad nos recuerda lo dependientes que somos de esa jaula tecnológica invisible.
Manuela Sánchez
I
Estaba sola, leyendo a Cortázar, cuando el apagón me envolvió. El silencio pesó más que la oscuridad. Por primera vez, escuché mis propios pensamientos sin el zumbido del mundo.
II
Justo cuando iba a confesarle que me gustaba, se fue la luz. Reímos. En la oscuridad, su mano buscó la mía.
III
Al caer la noche sin previo aviso,
Pierde el mundo su color y su ruido.
Ansían los ojos una chispa, un faro,
Gritan las sombras su reinado raro.
Órbita muda del tiempo sin red,
Nace el misterio en la ausencia de luz.
Anita
Fue una velada mágica de apagón, sin duda, irrepetible. Tomé unas velas, desempolvé mi preciado transistor y un silencio tecnológico arrollador nos regaló un sinfín de miradas, de esas que sanan, una amena conversación, de esas hipnóticas, un volver al pasado por momentos, donde lo poco y simple se llamaba felicidad…
Patricia Delgado