
El Real Betis rompió su racha de tres derrotas consecutivas con una victoria agónica frente al RCD Mallorca en Son Moix. Un testarazo de Cedric Bakambu en la prolongación, asistido por el joven canterano Ángel Ortiz, dio los tres puntos a los verdiblancos en un partido donde los chavales del filial fueron protagonistas absolutos. El equipo de Manuel Pellegrini, plagado de bajas, encontró en la cantera el motor necesario para sacar adelante un duelo que parecía condenado al empate.
Con múltiples lesiones en el primer equipo, el Betis tuvo que recurrir nuevamente al talento del Betis Deportivo. Ángel Ortiz, Jesús Rodríguez y Pablo García, tres jóvenes que están aprovechando cada minuto, dejaron su huella en un partido que puede marcar un antes y un después en su integración al primer equipo.
El más destacado fue Ángel Ortiz, quien además de dar equilibrio en el centro del campo, se vistió de asistente en la jugada del gol decisivo. Con una visión y calma impropias de su edad, puso un pase medido a Pablo García, quien se desbordó por la banda y se centró para que Bakambu cabeceara a la red.
Jesús Rodríguez, por su parte, volvió a ser una amenaza constante en ataque. Aunque tuvo que retirarse lesionado tras una dura entrada de Omar Mascarell que dejó al Mallorca con diez jugadores, dejó destellos de calidad y sacrificio. Pablo García, otro de los héroes de la noche, interpretó su debut con una asistencia clave, mostrando desparpajo y decisión en un momento crítico del encuentro.
El partido comenzó con dificultades para el Betis, que perdió a Marc Bartra en el calentamiento. La defensa, reforzada con Natan y un sólido Ortiz, supo contener a una Mallorca que salió con intensidad. Los locales, sin embargo, no lograron concretar sus ocasiones, incluyendo una de Robert Navarro que Adrián San Miguel desbarató con solvencia.
Mientras tanto, el Betis se aferraba al talento de los jóvenes. Jesús Rodríguez y Ortiz mostraron personalidad para tomar el control del juego, aunque las transiciones rápidas del Mallorca mantuvieron en alerta a la zaga bética.
El paso por vestuarios fue crucial. Pellegrini introdujo a Altimira para dar más consistencia al equipo, y los verdiblancos empezaron a inclinar el campo hacia la portería de Dominik Greif. Aun así, el partido se trabó con interrupciones constantes, incluyendo la revisión del VAR por la entrada de Mascarell sobre Rodríguez, que dejó al Mallorca en inferioridad numérica.
A partir de ahí, el Betis tomó el control absoluto del partido, aunque sin grandes ocasiones hasta los minutos finales. Isco intentó liderar la ofensiva, pero fue la combinación entre los canteranos y Bakambu la que terminó decidiendo el duelo.
Cuando todo apuntaba a un empate, Ángel Ortiz robó un balón en el mediocampo y lanzó un pase preciso a Pablo García, quien desbordó por la izquierda y puso un centro medido al área. Bakambu, que había estado peleado con el gol en los últimos partidos, no perdonó esta vez. Su cabezazo desató la euforia en el banquillo verdiblanco y dejó helado a un Son Moix que no encuentra motivos para sonreír en este inicio de año.
La actuación de los canteranos ha sido un mensaje claro para los titulares habituales: nadie tiene el puesto asegurado. Ortiz, Rodríguez y García han demostrado que están listos para competir al más alto nivel, y su hambre de éxito puede ser el impulso que necesita el Betis para enderezar el rumbo.
Manuel Pellegrini deberá gestionar con inteligencia esta irrupción de talento joven, que no solo garantiza un futuro prometedor, sino que también añade presión a los profesionales que han mostrado un nivel irregular esta temporada.
Con esta victoria, el Betis respira y se mantiene en la lucha por Europa, pero queda claro que el camino pasa por un equilibrio entre la experiencia de los veteranos y la energía de una cantera que pide paso con fuerza.
