Es el día, todo el trabajo, toda la ilusión, las ganas, las mil y una reuniones, las mil y una noches en vela dándole vueltas a diseños, ideas, frases, estilos, votos, hermanos, amigos, corazones entregados a un mismo fin…
Es el día de verte cara a a cara con parte de tu destino, de tus ilusiones de niño, de darle sentido a toda una carrera casi profesional.
Es el día en el que está todo el pescado vendido. El pescado, la fruta, la carne y el mercado completo.
Es el día en el que Ellos y ellos deciden y solo puedo, personalmente, darle las gracias a mi Hermano Mayor, a mi Teniente, a mis Mayordomos, a mis Secretarios, a mi Contador, a mis Consiliarios, a mis Priostes, a mi Fiscal, a mis Diputados de Caridad, Formación, Cultos y Actividades por aguantarme, por tenerme siempre presente y por hacerme parte importante de una familia que se ha desvivido por un sueño: el que marca nuestros corazones y nuestra fe.
Si lees esto y eres hermano del Cachorro, te espero en la Basílica en un acto frío, incluso feo, pero muy necesario y que marcará los tiempos de nuestra Hermandad. Si no eres hermano, perdón por la charla pero hoy era necesario. Hoy y ahora…
Gracias a todos por aguantarme y en especial a mi familia.
ahora… Hermandad
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