La necesidad hecha necesaria,
la obligación siempre obligada.
Pasa la vida sin ser disfrutada,
quedándose sin su propietaria.
Las reivindicaciones en las redes,
los dramas llorados en casa.
Lecciones de vida por las paredes,
quien nunca intenta, siempre fracasa.
La alegría sobrevalorada, la felicidad de redes, el postureo fácil ante un objetivo que condena la realidad de nuestro día a día.
El bañador perfecto, la mejor sonrisa, los ojos abiertos y el corazón hecho añicos. Me sobrevino la tristeza antes de lo esperado, antes de la edad supuesta, no hay años para la amargura… Todo sigue su camino
Siento no estar de acuerdo, tampoco es que lo sienta en demasía, espero acepten mi verso; la alegría no entiende de edad, ni de barrios. Entiende de personas. Sea persona y sonría.
Siempre con aires de Peter Pan aunque el verde me dé urticaria. Siempre en Nunca Jamás aunque nunca jamás digas, nunca jamás.
Soy más de rayas en el mar, dibujar trazos en olas imposibles y surcar océanos de palabras, pero sí, sean felices mientras puedan y deben poder hasta el último día, a pesar de las tormentas perfectas que nos depara.
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