Tras el enrejado, la libertad.
Lo rancio sentado enfrente,
de empatía carente,
lastre para la sociedad.
Frente al discurso del odio,
muchos colores y alegría.
Diversidad y simpatía.
En contra, la cruz y el demonio.
Quien quiera ver tus colores, que los vea, quien quiera ver populismo, que lo grite, quien quiera ver una bandera que lo haga, aunque mi paciencia se siente a esperar para que nunca se llegue a nada.
Allí sigue, al sol que más le quema…

Siéntate, recapacita. No muerden, no están enfermos ni necesitan tratamientos, ni vacunas ni terapia. Son, como tú y como yo, porque tú y yo somos como ellos.
Ven, siéntate y alegrarte del amor en libertad.
“Putas lesbianas!! Qué asco de maricones!!”
Sentado a ras de suelo contemplo ese banco vacío, esa bandera que rebosa amor. Solo deseo que pronto se quede pequeño mientras podamos borrar juntos esa bandera, esos colores porque dejemos de escuchar esos insultos de otros tiempos peores.
Solo entiendo mi bandera pirata. Las demás, todas las demás deberían ahogarse en altamar y juntos luchar por la igualdad.
Después de la tormenta siempre llega la calma y el todo lo alto, se ondea un arco iris precioso…