
El Benito Villamarín vivió una noche europea para el recuerdo en la ida de las semifinales de la Conference League. En el que fue el último duelo continental del curso en casa, el Real Betis venció 2-1 a la Fiorentina, con goles de Abde y Antony, en un partido cargado de emoción, fútbol y momentos de alto voltaje.
La fiesta arrancó desde antes del pitido inicial, con un impresionante tifo que repasaba los títulos históricos del club y un ambiente ensordecedor gracias a los más de 56.000 aficionados que llenaron el estadio. El equipo de Pellegrini respondió desde el primer minuto con intensidad, y a los seis ya se adelantaba en el marcador. Bakambu ganó una acción por la derecha y asistió a Abde, que batió a De Gea con un disparo que entró tras rebotar en el larguero, desatando la locura en la grada.
El conjunto italiano intentó reaccionar y mostró destellos de peligro, especialmente con Gudmundsson y Mandragora, pero la fortuna y la solidez bética evitaron el empate. El ritmo se ralentizó tras la lesión de Cataldi, y el Betis supo aprovechar el parón para reorganizarse y volver a tomar el control con la calidad de Isco y la movilidad de Antony.
En la segunda parte, tras una ocasión salvada por Vieites, el Betis buscó el segundo con insistencia. Lo Celso, que había entrado por Abde, firmó una gran jugada individual que culminó Antony con un potente disparo cruzado. El 2-0 parecía encarrilar la eliminatoria, pero un despiste defensivo permitió a Ranieri recortar distancias para la Fiorentina tras una buena acción de Gosens.
El tramo final fue de ida y vuelta. Bartra estuvo a punto de marcar en dos ocasiones y Lo Celso cayó en el área en una acción muy protestada que el VAR no sancionó. Pese al empuje final, el marcador no se movió más.
Con esta victoria, el Betis viajará a Florencia con ventaja y la ilusión intacta. El equipo supo competir con madurez y dejó claro que está preparado para dar el salto a una final europea.
