Y nuevamente se repite la historia; nuevamente es grada de animación vuelve a lanzar y golpear a un empleado de Sevilla.
Hace una década, Juande Ramos tuvo que salir en camilla por un botellazo, luego a del Nido le agredieron con una moneda, hace más tiempo, Olivera saca del campo una barra mostrándosela al árbitro y hoy, tras marcar el empate, para celebrarlo, un nuevo lanzamiento, una nueva agresión, una nueva suspensión de partido.
Vergüenza por mil cosas y aunque nada puede justificarlo, una semana calentando los medios, dirigentes béticos calentando el ambiente en redes sociales, perfiles oficiales y al final, pues lo normal; un energúmeno entre muchos energúmenos pierde la cabeza y la lía con la suerte de que solo golpea la cabeza de Jordan dejándolo un poco mareado y no acierta a clavársela en su cuerpo…
¿Esa barra ha entrado hoy de la calle? ¿Ese objeto lanzado ya estaba en el interior? Nada es tan simple como algunos querrán verlo para quitarle importancia.
Hoy no hablamos de fútbol, porque en los 40 minutos aproximadamente que se jugaron, salvo el golazo del Papu y un par de jugadas de ellos, poco más y además, ¿a quien le interesa el fútbol cuando hablamos de cosas más serias?
Partido suspendido por AGRESIÓN a Joan Jordan entre desaires de sus compañeros de profesión del otro equipo, risas y bromas. Así se demuestra la grandeza de un club, así…