I
Ese sonido de tambor, los primeros compases por la calle. Ya huele a naranjo en flor. Va haciendo calorcito. Ya llega…
II
Se bajó del coche y sintió ese repeluco. Sabía con ello que la esperanza se había marchado.
III
Sus ojos llorosos le delataban. Un repeluco por nostalgia lo había atrapado.
Alquilé esa casa rural para estar tranquila.
Nada más llegar un gato se me acercó ronroneante.
Lo acaricié y decidimos adaptarnos.
Al llegar la noche, me preparé con un libro, un vino y me metí en la cama tras un largo baño.
El gato tuvo un repeluco.
Yo también.
Fuera se encontraba la libertad y esperanza de una noche cubierta por la capa infinita de las estrellas, dotada del poder de la fuerza y el coraje que sentía Manuela; cerrando de un portazo el odioso armario de inseguridad y repeluco que abrazaba a Manuel cada mañana, cuando tocaba desmaquillarse.
Amanece y un leve picor de ojos me incomoda. Es persistente y no consigo apaciguarlo. Una retahíla de repentinos estornudos me sacude todo el cuerpo y la cabeza comienza a resentirse. Un repeluco me estremece rematando sin duda, la jornada matutina. La lealtad de un pañuelo en mi bolsillo me acompañará por taitantos días. ¡Oh bella primavera!
I
No hay cuco sin su reloj ni susurros en el oído sin su repeluco.
II
Piel de gallina, el corazón se quiere salir de tu pecho y un repeluco inmenso inunda tu ser. No me hablen de amor, ni tan solo de cariño, es el susto que te acabas de pegar al ver esa sombra en tu zaguán.
III
Y rima con peluco, sin ser su repetición, sin trampa ni truco, incluso con el muñeco bebé de mi hija; escalofrío con sentido aunque caduco, emoción a flor de piel. No haré la rima fácil con trabuco. Uppsssss…
IV
Se me olvidaba la rima con una palabra que será mágica próximamente: abejaruco…
Sevilla en Primavera, ¿no te parece suficiente para definir un repeluco?
¡Uy, qué repeluco! ¡Vino de verdad!
Le llamaron por teléfono y al descolgarlo, no había nadie al otro lado. Sólo una simple máquina que le hizo abandonar su descanso. Se volvió a tumbar con repugnancia ante lo ocurrido.
Finamente llamado repelús,
les da si cogen el autobus.
Mas en la calle es repeluco,
lo que nos da con su mensaje caduco.
Hacía años que no tenía noticias de Cristina, mi profesora de catequesis y yoga. Al verla por televisión un escalofrío recorrió mi espalda.
¿Qué puede pasar por la mente de una persona para matar a su padre?
El periodista hablaba de ensañamiento: cuarenta y tres cuchillazos en el pecho.
Ese jersey de lana, la cucaracha que salió bajo la plancha de aquel bar, la sonrisa desdentada del camarero, las sábanas heladas del «sobrao» de la casa del pueblo, aquellos caracoles en salsa picante, la tiza en la pizarra del aula polivalente. Esto es lo que quería decirte con repeluco.
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