Quique Sánchez Flores está logrando lo que muchos, la mayoría, pecábamos que era imposible. El Sevilla FC, con todas sus lagunas y todos sus futbolistas acabados, es un equipo de fútbol que ya sabe competir.
El factor Isaac Romero es importantísimo; un canterano de Lebrija, ninguneado a principios de temporada y que se echa el equipo a sus espaldas, la lucha todas, se las lleva casi todas y además tiene gol, pase, mucha calidad y unas ganas de comerse el mundo que contagia. A esto le sumamos que En Nesyri ha regresado de la Copa África enchufado, que atrás Badé, Sergio Ramos y Kike Salas han conseguido encontrar el equilibrio defensivo conjugando la sabiduría de los años y una juventud exultante, un Nyland que siendo un portero del montón, le ha dado tranquilidad a la defensa y al resto del equipo y donde Soumare es un baluarte por delante de esta defensa e incluso hoy, Oliver Torres ha viajado un gran encuentro.
Si sumamos todo esto, dejando a un lado a Mejbri que debutaba como titular y no ha encontrado su sitio, este Sevilla de Quique, al menos no nos da vergüenza e incluso gana y manda.
Ni una campana al vuelo, y no olvidamos un ápice de todo lo dicho en jornadas anteriores y la limpia a final de temporada debe ser histórica, pero aún así, hoy nos visitaba una Real Sociedad en los puestos altos, de Champions y que aunque se ha presentado con un equipo con muchas rotaciones, está arriba por algo y ha salido derrotada de Nervión con justicia.
Dos goles de Youssef En Nesyri en los primeros compases de la primera parte y un tercero de cabeza del canterano y capitán Sergio Ramos nos han dado los tres puntos, otros tres puntos vitales, en casa, que ya nos alejan casi definitivamente de los puestos de descenso e incluso te animan a seguir viendo al equipo.
Navas tuvo que dejar su lugar en el campo al descanso al otro canterano Juanlu por una torcedura de tobillo al final de la primera parte.
3-2 y un Quique eufórico en los goles que ve como su trabajo técnico y psicológico está dando sus frutos y todos lo celebramos.
