Qué extremismo y qué necesidad… El primero, nuestro día a día; la segunda, lo que te lleva a buscarte incluso en la caótica vorágine vital.
Horas perdidas en la oscuridad buscándote y hallándote a retazos. Madrugadas tempranas para contigo, sentirte…
La interior no cuenta, esa la tenemos la gente buena, la que desde que se levanta se desvive en ser feliz no a costa del peregrino errante que se apodera de tu sombra. Dormitar plácidamente sin apenas interrupciones de tu alter ego.
La exterior en realidad tampoco cuenta porque no es la tuya aunque puede que sea el canal para llegar a ella…
Buscarte y encontrarte es de esos placeres de la vida que son gratis, pero que en la mayoría de los casos, cuesta dinero e incluso mucho.
Simplemente vivirte, sentirte… tu paz. Mi paz…
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