
• Milan Kundera o como reconocer el no “amor”
Para algunas personas, la palabra TIA es como llamas a la hermana de tu padre o madre.
Para mí, la TIA (sin tilde) era el desternillante espacio donde me escondía debajo de la mesa para leer y disfrutar los cómics de Bruguera Ediciones.
¿Mis favoritos?
Rompetechos (Mr. Bean), Sacarino (recreado en el desternillante botones de four rooms del productor Lawrence Bender que, sin percibirlo, lo retrató a la perfección), Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio (manos a la obra con Manolo y Benito) o 13 Rue de Percebe (aquí no hay quien viva).
Ibáñez tenía un ingenio que muchos imitaron sin pagar royalties y un arte que decidía, sin dudar, que trazos servirían para dibujar el personaje más entrañable y divertido.
Volvamos a esa niña que iba escondiendo comics, que se reía sin ruido para no molestar.
Esa niña nunca olvidará los maravillosos momentos en los que deseaba vivir en el apartamento de la azotea de ese 13 mítico.
Me comía el bocadillo siempre, no fuera a venir Otilio y se lo zampara. Ysiempre, siempre quise tener un tío despistado y buena gente como Rompetechos.
Y aunque, Mortadelo y Filemón nunca fueron de mis preferidos, hoy me los imagino tristes y llorosos.
Con gesto adusto y cantando…:
«????????????Triste y sola.
Sola se queda Brugueeeera.
Triste y llorosa, se queda la editorialllll.
Y los cómics y los cómics apartaaaaados.
Poooorque Ibáñez,
ya nunca va a dibujarrrrr…????????????????????????????…»
El cielo, se está llenando de cultura.
En la tierra nos quedamos con tu genialidad.
Gracias por tu legado, maestro.
Desde el fondo de mi alma.
