Sevilla FC 1-2 Lille OSC

Veinte minutos ha durado el trampantojo de equipo que ha sacado hoy el idolatrado Julen Lopetegui.
Posiblemente saltábamos al campo para un partido vital con nuestro mejor ‘once’ posible, con el combustible Navas, el sobrevalorado Jules Kounde, Diego Carlos, Acuña, Fernando -que no sé cómo no pide irse-, el hoy desacertadísimo Delaney, el evidentemente suplente Oliver Torres, aunque haya sido con mucha diferencia dl mejor del equipo, el desaparecido Suso, el alocado Ocampos y el palomero Rafa Mir.
A priori, equipazo, a posteriori, caos total.
Arranca el partido y parecía que todo iba según lo establecido; todos en su sitio, sin errores, con un Fernando en el rol de jefe y Oliver haciendo jugar al equipo hasta que en un balón rebotado en un defensa del Lille, se le queda a Oliver en los pies, ve la entrada de Rafa Mir que dispara y tras la parada de Grbic, Ocampos anota el gol del Sevilla y sin saberlo, su sentencia de muerte.
Desde este momento, el equipo se echa atrás y se pierde en una secuencia tan interminable como soporífera y poco productiva de pases laterales y atrás que no nos llevan a nada.
El Lille poco a poco, con un inconmensurable Renato Sanches, se iba haciendo con el control del partido y cada minuto se inclinaba más el campo al mismo ritmo que se alocaba el equipo acumulando errores, nerviosismos, fallos en los pases y cero ideas hasta que en el minuto 43, y tras revisión del VAR, se confirma el penalti realizado por Delaney y gol del canadiense Jonathan David.
El equipo se iba a vestuarios y en la grada se respiraba ambiente de tragedia pero esperanzados en que un buen inicio de segunda parte podría reconducir la situación. Ingenuos todos…

La segunda parte comenzó y con ella el ridículo de un equipo tan alocado, nervioso y desubicado como su entrenador. Ningún cambio en ningún sentido. Y a los 6 min, remonta el Lille con gol de Ikone y se consumaba el meneo a un equipo sin defensa firme, sin centro del campo, sin físico, sin velocidad y por supuesto sin gol.
Solo un disparo a puerta de Lamela tan suave que casi no se tiene ni que tirar al suelo a detenerlo.
Lopetegui se perdía en protestas y aspavientos sin criterio y se limitaba a cambiar jugador por jugador y esperar un posible empate para seguir justificándose en rueda de prensa. Esta vez ni siquiera se generó esa oportunidad que suele aparecer en Liga. Y sin tirar a puerta, sin encerrar al rival y jugar al fútbol de verdad no se puede ganar ni en un grupo como el que nos ha tocado.
4-3-3 intocable con extremos a banda cambiada, un delantero a modo de palomero defendiendo la posición sin recibir pelotas para disparar y un Navas que día a día demuestra que ya no está para ser intocable y un Kounde que… ¿80 millones? Jajaja
Últimos de grupo con 3 puntos, tres empates, a falta de dos jornadas. Aún es posible la clasificación si ganamos los dos encuentros que faltan pero, ¿jugando así?
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