Tras el polémico derbi copero jugábamos en Mestalla con dos bajas nuevas. Dos más: Augustinsson y la del propio entrenador.
Enfrente, un Valencia plagado igualmente de bajas y un equipo bastante desconocido y flojito sobre el papel, sobre todo en defensa.
Se notaría pronto cuando a los seis minutos, en un pase lateral de Gonzalo Montiel, se abría el marcador por auto gol de Diakhaby.
El Valencia respondería y el partido tenía intensidad, ritmo, velocidad…algo que le venia muy bien a Rafa Mir que la tuvo en un lanzamiento exquisito al palo largo de Domenech.
Más tarde, Rakitic erraba practicamente solo, a las manos del cancerbero Ché. Y en la siguiente, jugada muy similar de los valencianistas que no perdonaba Gonzalo Guedes en un remate de cabeza calcado al del croata y en el que parece que Javi Díaz podía hacer más.
Llegábamos al descanso en tablas y con el ambiente caldeado tras una amonestación de Acuña y como no, con José Luis Gaya de por medio.
En el segundo tiempo era sustituido precisamente Acuña por Jordán.
El partido continuaba con el alto ritmo. Un Valencia presionando alto, el Sevilla con desajustes atrás y la sensación de que si el Valencia la tenía podría marcar.
El Sevilla intentaba buscar las espaldas pero se diluye cada vez que llega arriba y tiene demasiada “Ocamposdependencia”.
El partido iba viniendo a menos, por lógica, pero el Sevilla continuaba arriesgando demasiado atrás. Salió Tecatito por un Papu Gómez fundido. Pero donde menos rinde el mexicano es en la izquierda y es ahí donde, para no perder costumbre, Pablo Sanz (Lopetegui) le pone.
Con todo y con eso tuvo dos ocasiones idénticas dejando atrás a Diakhaby. En la segunda, casi al final, le hace una vaselina a Domenech tras pase en largo de un imperial Diego Carlos y que se marcha fuera por muy poco.
El Valencia seguía intentándolo pero se encontraba continuamente con un muro, en especial, el ya mencionado central brasileño.
En el 88 , Gaya era expulsado justamente, demasiado lo que le permiten a este jugador y jugaría el Sevilla con uno más hasta el final.
La ansiedad le ha podido a un Sevilla que le cuesta horrores hacer gol. Empate en campo difícil y en una semana de sobre esfuerzos.
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