“Voy a tardar mucho en ver pasos” me dijiste…
Y me acordé de ti, de los míos, de los que tienen el alma rota y lo que no es el alma.
–¿Qué sentiste al verlo?, me preguntas.
–Una locura de sensaciones. Y una paz increíble.
Pero además es algo generalizado, y fuera del centro, del mundo de mentira que hemos creado; en la periferia, en barrios de ropa tendía en cordeles deshilachados a punto de romperse…
-¿Sigo y remato el artículo…?
-Ya estás tardando.
La verdad del Señor se refleja en ese cuadro de alguein que mora junto a Él en el cielo y cuelga recuerdos en una vieja pared de calichas y agobios de no llegar a fin de mes.
-Esas mamás haciendo malabares…
La Magia del Señor en una pequeña conversación de alma a alma, con nuestras roturas, cicatrices y suspiros profundos entrecortados de lagrimilla extraviada.