
Cómo no ver tu luz
en el espacio sideral.
Cómo no escuchar tu voz
en los apaciguados
estados de ser.
Cómo no leer
tus letras,
si todas las hojas
son del viento.
Cómo olvidarte
si nos permitimos viajar.

by Tribu 2 Comments
Cómo no ver tu luz
en el espacio sideral.
Cómo no escuchar tu voz
en los apaciguados
estados de ser.
Cómo no leer
tus letras,
si todas las hojas
son del viento.
Cómo olvidarte
si nos permitimos viajar.
Todo comenzó con una meditación guiada en YouTube.
La voz suave del locutor decía:“Imagina que caminas por un bosque… y al final del sendero, te espera tu niña interior.”
Yo estaba ahí, con los ojos cerrados y el pijama lleno de manchas de café, pensando que esto era una estupidez… hasta que la vi.
Sí. A ella. Mi niña interior. Sentada en una hamaca, con dos coletas despeinadas, los codos llenos de costras y un helado en cada mano.
—¡Tú eres yo! —le dije, incrédula.
—¡Y tú eres vieja! —me respondió, con una risa burlona que me sonó demasiado familiar.
Durante los siguientes minutos discutimos. Me reprochó haber dejado de comer cereales con forma de dinosaurio, haber abandonado la pintura, y no haber comprado el unicornio inflable que vimos el otro día en la tienda.
—¡Te volviste tan aburrida! —me gritó, mientras se tiraba de un tobogán imaginario—. ¡¿Dónde quedó la que hablaba con gatos y bailaba con calcetines en la cabeza?!
Tenía razón. Y lo peor es que me lo decía con la boca llena de algodón de azúcar.Me pasé media meditación intentando justificar mis listas de pendientes, mis dietas, mi agenda llena de cosas importantes. Pero ella solo me miraba con cara de “blablablá”.
Finalmente, hice lo único que podía hacer: me senté a su lado, le robé un poco de helado (sabor chicle, asquerosamente delicioso), y jugamos a adivinar formas en las nubes.
Cuando la voz del locutor dijo:“Vuelve lentamente al presente, llevando contigo la sabiduría de tu niña interior”, ella me miró y me dijo:
—Y no te olvides del unicornio. Lo quiero en rosa.
Volví a abrir los ojos, con lágrimas en la risa… y con una pestaña abierta en Amazon.
Spoiler: el unicornio llegó al día siguiente. Ahora duerme en mi sala, lleno de purpurina y dignidad.Y yo, por fin, me río más. Porque he recordado quién fui… y esa niña, definitivamente, sabía vivir.