Y así, sin que la vida te permita un respiro, aunque tampoco lo queramos, llega el 3 de octubre y echas la vista atrás y… ¡un año!
Y así, como os cuento, sin darnos cuenta aunque habiendo disfrutado los 365 días, con todos sus minutos y segundos, la pequeña de la casa, la que llegó para hacer hermana mayor a Adela cumple su primer añito.
La pieza que faltaba en el puzzle de nuestras vidas; la niña de los ojos verdes y la sonrisa eterna. La serena, la que ya va descubriendo mundo, la que ya dice papá y se enfada entre cucharada y cucharada de potito.
Hoy, tres de octubre, y sin que ella sepa muy bien qué es, soplará su primera velita, la que da por finalizado sus primeros días y ya intenta caminar hacia el siguiente peldaño…
La peque que coge el juguete, te mira, lo tira al suelo y se ríe, la que se duerme encima tuya y te recarga las baterías, la que de derrite al ver a su hermana mayor.
Un año de aquella noche y …otra batalla perdida…
Felicidades pequeña. Te quiero.